Un verdadero escándalo destapó la filtración de miles de documentos confidenciales que confirman que Uber desplegó una gigantesca campaña de negociaciones, incluidas presiones sobre líderes políticos, para que la empresa lidereara en Francia la industria del transporte, en desmedro del sector de los taxis. Y entre esas figuras aparece el actual presidente francés, Emmanuel Macron, quien en ese entonces fungía como ministro de Economía.
La revelación la hizo el domingo el diario británico The Guardian, que tuvo acceso a 124.000 documentos confidenciales que se remontan al período 2013-2017 cuando Travis Kalanick estuvo al frente de la empresa de traslados de pasajeros y no tuvo escrúpulos en llevar adelante métodos reñidos con la ley. Entre sus patrocinadores, además de Macron estuvo la excomisaria de la Unión Europea, Neelie Kroes.
Kalanick (obligado a dimitir en 2017) también conoció a Joe Biden cuando era vicepresidente de Estados Unidos.
The Guardian compartió estos archivos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), en el que están los franceses Le Monde y Radio France. Los documentos divulgados muestran cómo la compañía estadounidense «conquistó el planeta surfeando en ocasiones en las fronteras de la legalidad», por ejemplo ofreciendo regalos a políticos, trabajando con un banco ruso sometido a sanciones, señalan los medios franceses.Según estas últimas fuentes, el 1ro de octubre de 2014 Macron recibió a un grupo de ejecutivos de Uber, entre ellos Kalanick, en una reunión secreta que no figuraba en la agenda del entonces ministros.En aquella época el Gobierno socialista de Francois Hollande no era propicio a la implantación de Uber en Francia.
Macron, en aquella época, no ocultaba su simpatía por Uber, ya que consideraba que podría crear muchos empleos para personas poco cualificadas.Según los documentos de Uber, el entonces ministro de Economía sugirió a los directivos de la firma enviar enmiendas «llave en mano» a un diputado confiable, Luc Belot, y posteriormente ayudó a la compañía a trabajar «sorteando» una ley de 2014 que les ponía trabas.En tanto, el antecesor de Macron en el Ministerio de Economía, Arnaud Montebourg, acusaba a Uber de «destruir las empresas», mientras que el titular de Interior (departamento responsable de los taxis), Bernard Cazeneuve, tampoco miraba con buenos ojos a una empresa que amenazaba con dejar sin trabajo a muchos conductores de taxis.
Incluso el primer ministro, Manuel Valls, o el titular de Transportes, Alain Vidalies, tampoco estaban a favor de apoyar a la firma estadounidense para que se instalara en el país.