“La democracia está degenerando en infocracia” dice el filósofo Byung- Chul Han, degradando a los individuos a una condición de datos y ganado consumidor. Ello deriva de algo peor, que es montar un mundo que consume más información que cosas, desplazando la realidad hacia las “no-cosas”. Transformándolo así, en algo cada vez “más intangible, nublado y espectral”, prácticamente en el que nada es real.
La primera Cuenta Presidencial de Gabriel Boric acaba de aceptar la afirmación al transformar a los viejos de Chile en “no-cosas”, es decir unidades de información que tienen formas estadísticas, pero cuya realidad y existencia no viven en las políticas públicas anunciadas por el Presidente.
Se prometen pensiones dignas, pero se les niega trabajo a los 70 años; se les cobra salud a través de FONASA, aunque reciben asistencia miserable para sus enfermedades en los consultorios, y esperan años para atención hospitalaria.
No cosas o no personas, casi lo mismo, ser anciano en Chile es una tragedia, y peor aún si se tiene dependencia física extrema de terceros y se es pobre. No es esperanzador tampoco que se les anuncie que lo que se viene es una Ley de Eutanasia. Aunque a estas alturas podría ser una solución más digna que la vida misma.
Desde la Cuenta Presidencial hasta la primera Cadena Nacional sobre la cuenta, su texto integro escrito no estaba en ninguna plataforma oficial del Gobierno. Tal vez otra “no-cosa”.