Opinión

El borde del abismo en materia de corrupción

Entre los hechos más graves que hoy ocurren está el descontrol de criterios de orientación con que se está manejando el Ministerio Público. La necesaria autonomía investigativa de los fiscales en muchos casos se ha excedido hacia una discrecionalidad que raya en la ilegalidad. No solo al exceder con creces los plazos que la ley determina para llevar adelante las investigaciones e imputar sino, lo más anormal, con plazos interminables en casos que tienen sabor de escándalo político y lesionan la credibilidad de la propia institución. Sin que la autoridad superior lo corrija.