Yasna Provoste, educadora, senadora, diaguita, por la región de Atacama, junto a otros 48 colegas aprobaron en general un proyecto de ley, poco conocido. Este pasa a la Comisión de Educación del Senado, a fin de recoger las indicaciones pertinentes, para perfeccionarlo. Esperando también recibir un amplio apoyo transversal del Colegio de Profesores de Chile.
Se trata de “regular el uso de celulares en los colegios, particularmente en la sala de clases. Proyecta esta prohibición desde el parvulario hasta sexto básico”. La idea central, es posibilitar a la primera infancia desarrollar el derecho a Pensar, aspecto vital, que nos permitiría tener estudiantes que sean capaces de no depender de un celular como si fuera una extensión autónoma de la capacidad de raciocinio individual.
Hoy los medios están abocados en destacar solo la “encuestita” semanal. Los aburridos foros son la misma perorata de siempre.
Cuidado, este informe no es una simple estadística, es una mala señal en el campo educativo nacional. Los menores pasan a lo menos 7 horas diarias pegados al móvil. Solo 16 minutos están destinados a las tareas escolares, cuyos contenidos, papá y mamá lo ignoramos por completo. El 55% de los adolescentes, de 15 años, no alcanzan el nivel mínimo de comprensión lectora.
Hay que poner atajo, ahora, a estas falencias que más tarde afloran en los cursos de nivel medio y universitario. Desgraciadamente estamos en otra, no dimensionamos el daño que le producimos a los niños a tan temprana edad en sus relaciones humanas. Básicamente, por ignorancia o comodidad, total son tiempos distintos. Vivimos en una sociedad que valora más el tener que el saber.
Un país no avanza, se estanca, si no crea las condiciones necesarias para que los niños y niñas por si solo descubran un mundo nuevo, con su propia imaginación. Chile requiere gente pensante y crítica, para comprender su existencia.
Cabe señalar a priori, que detener el desarrollo tecnológico en las aulas no es el propósito de esta iniciativa parlamentaria. Por el contrario, debe darse un uso responsable. No se trata de demonizarla, señala la profesora Yasna Provoste, “debemos resguardar el sagrado derecho a aprender en un entorno protegido”, actualmente sin control ni resguardo legal alguno en los establecimientos educacionales.
Al modificar la Ley General de Educación, en los niveles primarios, es preciso destacar la promoción de una relación equilibrada con la tecnología que avanza a pasos agigantados, donde la Inteligencia Artificial será otro factor incidental en el impacto que deberán enfrentar ya, los y las profesoras del siglo XXI.
El crecimiento con valores pedagógicos es aconsejable. Al menos dos o tres indicaciones, es necesario realizar al proyecto: devolver las asignaturas de Filosofía y Educación Cívica, ramos que extinguieron precisamente para que la juventud no pensara, menos pudiera cuestionarse.
Igualmente existe una moción parlamentaria en la Cámara de Diputados y Diputadas, para agregar el aprendizaje del ajedrez en los cursos básicos. Va implícito el desarrollo cognitivo, educación y juego, herramienta para la inclusión social, fomento del pensamiento estratégico y toma de decisiones, crecimiento emocional, influencia cultural, conexión global. Todo ello para construir una sociedad que cultive la paz, tan amenazada en la comunidad educativa.
“La educación es el arma más poderosa que pueden usar para cambiar el mundo…,” Nelson Mandela.