Desde Madrid
España está viviendo en estos días la inquietud provocada por efectivos ultraderechistas que han intentado “cazar a los moros” (inmigrantes magrebíes) en la localidad de Torre Pacheco, Murcia, en una demostración de violencia fascista y xenófoba. Las acciones de jóvenes racistas han debido ser repelidas por la policía, con un balance de 13 detenidos y 120 identificados, la gran mayoría con antecedentes por violencia callejera.
Torre Pacheco es una ciudad de cuarenta mil habitantes, ubicada en una zona muy turística, cerca de Cartagena y a sólo 8 kilómetros del Mediterráneo. Según los datos oficiales, la población está compuesta por un 69,9% de españoles y un 30% por extranjeros, en su mayoría provenientes del Magreb, zona del noroeste de África, o sea, Marruecos, Argelia, Mauritania, etc.. Su principal actividad económica es la agricultura interior tecnológica, en la cual estos extranjeros trabajan cotidianamente y con mucha eficacia, según los propios agricultores de la zona.
Hace unos días, un reducido grupo de jóvenes llegados desde Barcelona, en su mayoría de origen magrebí, hicieron un extraño festejo que finalizó con abundante ingesta de alcohol. A uno de ellos se le ocurrió realizar un “juego” que consistía en agredir en la calle a cualquier persona mayor, sin ningún otro motivo. Un vecino de Torre Pacheco, de 69 años de edad, tuvo la mala suerte de cruzarse con este grupo. “Sólo recuerdo que los vi corriendo hacia mi…y de pronto estaba en el suelo, recibiendo toda clase de golpes”, dijo a la prensa. La policía actuó con rapidez y capturó a dos de los atacantes, quienes fueron formalizados por un juez y luego, puestos en libertad, con cargos.
Este suceso ha sido instrumentalizado por la ultra derecha española, la cual convocó -a nivel nacional- a una manifestación violenta en el centro de la población donde se produjo la agresión. La responsabilidad de esta acción ultra ha sido atribuida a la organización internacional “Deport Them Now”, la cual distribuyó por las redes sociales un comunicado en el que incitaba gravemente a llevar a cabo una “cacería” contra el colectivo magrebí en Torre Pacheco.
La Guardia Civil, que concurrió con un contingente cercano al centenar y medio, impidió que estos grupos ultras actuaran, deteniendo a muchos de ellos y protegiendo a los extranjeros que circulaban por la calle. Identificaron a los dirigentes, detuvieron a los cabecillas y han comprobado sus relaciones con grupos neonazis internacionales.
Por supuesto que estos hechos han provocado una enorme confrontación entre los partidos políticos españoles, puesto que la ultraderecha apoya a los causantes de la revuelta y la derecha trata de justificarla, mediante acusaciones al Gobierno.
De estos hechos se desprenden varias advertencias. La primera de ellas, es que hay que combatir legalmente a aquellos líderes que pronuncian discursos de odio y que utilizan mentiras (bulos les llaman en España) para incentivar la xenofobia en la población. Además, la policía debe estar atenta a cualquier mensaje conteniendo movilizaciones raras, difundidos a través de las redes sociales, con fines de violencia indiscriminada contra los extranjeros.
Incluso más, los partidos políticos deben asumir sus responsabilidades fiscalizadoras y legislativas, promulgando leyes que sancionen con rigor las ideas y acciones que van en contra de la democracia establecida. A la vez, exigir a las autoridades judiciales la aplicación rigurosa y certera de las leyes en contra de quienes sean responsables de difundir, promover y organizar actos xenófobos.
Hay que tener muy en cuenta que estas acciones no sólo se producen en España, sino que tienen ramificaciones internacionales muy importantes en todo el mundo, especialmente en Europa, Estados Unidos y América Latina.
Créditos de la imagen El Confidencial