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    Incompetentes

    A propósito del viaje a China que emprendió el Presidente de la República, en la época de los emperadores el funcionario más importante de su séquito era el médico. Debía velar por la salud del emperador y pagaba con su vida cualquier error que cometiera.

    Los tiempos han cambiado y se trata de una cultura, la oriental, donde lo que acá llamamos «errores», hoy se pagan con cárcel y la corrupción (que no es el caso), con la vida.

    Incompetente se llama al que le falta competencia, la actividad, la conducta en la que se expresan tres dimensiones: El saber (conocimiento), el saber hacer (habilidad) y el ser (los valores).

    El ministro de Economía, Nicolás Grau, y el subsecretario de Pesca, Julio Salas, son políticos de larga data. No podríamos decir que, en el caso de Grau, se trate de un político del montón. Es un economista y académico de la Universidad de Chile, militante del Frente Amplio. Salas es un abogado formado en la Universidad Católica, que ha sido emprendedor y que ha hecho su vida política en el Partido Socialista. No ha destacado por ello. De pesca, nada. Ambos cargos son de la exclusiva confianza del Presidente de la República.

    Grau y Salas son expertos, sí, en el saber hacer. Tienen la habilidad del juego de la política, por ello están en los cargos que ocupan. Al debe están en el saber y en el ser. Sus conocimientos sobre el tema que los tiene cuestionados, son débiles, hasta precarios. Sobre los valores, eso de renunciar cuando son descubiertos en un error, nada. Acá no es como en China.

    Las cifras presentadas por el subsecretario de Pesca, Julio Salas, durante la comisión mixta sobre fraccionamiento pesquero respecto a la captura de merluza común del año anterior, eran incompletas, estaban desactualizadas y abarcaban sólo el período entre enero y septiembre del 2024, y no todo el año.

    «Toda la información utilizada durante la tramitación del proyecto de ley ha sido pública, oficial y basada en los registros del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), entidad técnica y autónoma cuya información es de acceso abierto», señaló la Subpesca en una declaración pública.

    «En consecuencia, cualquier persona -incluyendo parlamentarios, gremios, medios de comunicación y ciudadanía- ha tenido la posibilidad de consultar y verificar los antecedentes utilizados en el debate», agregó. Es decir, cierren la boca, cómo no se fijan.

    «La cifra correspondía al nivel de captura a esa fecha, septiembre de 2024, y no corresponde al total anual del año pasado. Por tanto, el cuadro presentado en esa sesión del miércoles 7 de mayo se encontraba desactualizado», confirmó Subpesca.

    El proyecto fue aprobado en la Cámara de Diputadas y Diputados con 111 votos a favor, y posteriormente en la Sala del Senado con 40 votos a favor y uno en contra.

    Este apoyo transversal da cuenta de un diálogo amplio y la transparencia que ha habido en su tramitación, lo que no exime a Grau y Salas de la responsabilidad política que tienen ambos (el ministro por respaldar al subsecretario) en la tramitación final que enfrentará el proyecto esta semana en la Comisión Mixta.

    Este proyecto de Ley de Fraccionamiento de la Pesca, que termina con la Ley Longueira (que puso a un senador UDI en la cárcel y a una diputada de derecha condenada a prisión), tiene repercusiones en la responsabilidad política de un subsecretario que no chequea la información que presenta ante el Parlamento y la de un ministro que tampoco se hace cargo. Salas, recordemos, señaló que el sector industrial solo capturó el 61% de la cuota el año 2024, en circunstancias que el porcentaje correcto a nivel sectorial era del 93%.

    Es un dato menor, pero bien valdría el trabajo de revisar todos los datos y cotejar si esta vez no terminará, nuevamente, un político tras las rejas.

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