Miguel Ángel San Martín,Especial para Desenfoque, Madrid
¿Cuáles son las razones para minimizar las posibles acciones que pueda adoptar Europa ante los intentos de Donald Trump de cambiar el Orden Mundial? ¿Por qué se mira con temor la realidad que nos pretende imponer el mandatario estadounidense? Grita, vocifera, humilla a quien era su protegido en la invasión rusa a Ucrania, y lo hace ante las cámaras de la televisión y a los ojos de la prensa mundial. Hace un montaje, escenifica groseramente con el único fin de mostrar su musculatura de matón y causar temor.
El historiador Serhii Plokhy, director de la cátedra de Historia de Ucrania en la universidad de Harvard, lo ha dicho claramente al diario francés Le Monde: «Estados Unidos utiliza su fuerza para someter a un país que está de rodillas».
Trump prioriza la acción militar, para lo cual se muestra fuerte, poderoso e invencible. Humilla al débil y sufriente, mostrándose condescendiente con el que va ganando. Y todos pensamos que se ha aliado con su eterno enemigo, que se ha dado vuelta la chaqueta y que abandona a quien ayer era su protegido. Y no oculta las pretensiones vulgares de sacar ventajas económicas de sus acciones. Tierras raras de Ucrania, ricas en metales necesarios para el avance de la Inteligencia Artificial y de la industria bélica. Lugares paradisiacos para ricos turistas del mundo en las costas de Gaza, construidos sobre miles de cadáveres de gente inocente, en lugares donde también surgieron en el pasado culturas fundamentales en el crecimiento de la Humanidad. Y de paso, reordenar el poder mundial para enfrentar al nuevo poder que surge desde el oriente.
El principal aliado de Estados Unidos ha sido Europa y ahora Trump le desconoce para enfrentar un proceso de paz en Ucrania. Y minimiza la capacidad europea para apoyar a Ucrania y, lo que es peor, intenta humillarla frente al resto del mundo. Reitero que Trump prioriza la fortaleza militar, pero desconoce el real potencial militar de Europa que, dicho sea de paso, también posee armamento nuclear. Alemania anuncia ya el envío de 22 tanques Leopard y el Consejo de la Unión estudia esta semana liberar 800 mil millones de euros para el rearme europeo.
Lo grave es que Trump desconoce, quizás si por incultura, el valor que Europa -y el mundo- le asignan al poder de la política de verdad, de la democracia creada por los griegos hace siglos y ha ido perfeccionándose por la cultura, por la moral, por tolerancia, por la escala de valores que la humanidad ha ido desarrollando. Consecuente con esto, Francia y Gran Bretaña están pidiendo una tregua de un mes para preparar acuerdos de paz.
Esa Democracia, fundada en el poder de la palabra, en el diálogo sincero, en el convencimiento mutuo de los litigantes de que es prioritario el camino de la paz para avanzar en progreso y humanidad, tiene más valor que el grito destemplado, que el puño cerrado que enmudece por terror, que el aplastamiento de lo construido, para volver a construir buscando beneficios de minorías ambiciosas.
Europa sabe aplicar ese sistema mediante la Diplomacia y conoce los medios para llegar a buenos destinos a través de la razón y del sentido común. Sus líderes de hoy tienen la decisión de apoyar -de todas las formas posibles- ahora mismo a Ucrania, que es devastada por la invasión rusa. Pero también conocen sus propias posibilidades para conseguir acuerdos de paz. Acuerdos que sean justos y no signifiquen desarbolar a alguna de las partes. Y están trabajando en ambas direcciones.
Por lo mismo, no hay que temer al matón ni al invasor imperialista. Hay que confiar en la razón, en la inteligencia, que son las vías por donde se puede alcanzar la paz y el sosiego en el mundo. No hay que caer en el pesimismo ni tampoco en el optimismo exagerados. Hay que buscar las vías del sentido común, de la cordura, para que la razón llegue a tiempo en este mundo tan convulso.