Por Rafael Urriola U. Economista. Presidente de APROB
El Boletín de Estadísticas Vitales Coyunturales No 6 de este 26 de agosto de 2024 publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) destaca un hecho relevante que APROB ha caracterizado como de envejecimiento poblacional acelerado y que supera a las proyecciones de los organismos especializados. En efecto, las decisiones de fecundidad son decisivas para este cambio, aunque también influyen las capacidades del sistema de salud para hacer resistir durante más tiempo a las enfermedades crónicas menos letales.
Según el INE, durante junio de 2024 ocurrieron 10.561 nacimientos y también 10.346 defunciones. Con estos guarismos proyectados, el crecimiento poblacional es “infinitesimalmente” superior a cero.
Pero esto puede parecer aún optimista, porque la variación mensual de los nacimientos de junio 2024 fue de 1.355 nacimientos menos, lo que representa una caída de 11,4%. En la variación interanual se observó una disminución de 28,4%. Si esto continua, el país -pese a que cuenta con casi dos millones de migrantes-, deberá pensar en resolver los problemas de empleo, pobreza, educación, salud (entre otros) con una estructura de edad muy diferente a la de hace 10 años, para lo cual habrá que adecuar el sistema político, económico e institucional general.
Esta esperanza de lograr más nacimientos ningún país desarrollado ha logrado revertirla. La estructura misma del sistema desincentiva la tenencia de hijos. La prueba es que en Chile las mujeres han postergado la edad para tener su primer hijo, tal que el 55% de los recién nacidos tienen madres de más de 30 años como se observa en el siguiente gráfico.
Fuente: INE. Boletín de Estadísticas Vitales Coyunturales No 6 agosto de 2024
Un estudio reciente en los países europeos pertenecientes a la OCDE que investigaba sobre la baja de la tasa de fecundidad -además de las decisiones personales de padres y madres para no restringir sus realizaciones personales- especifica restricciones pecuniarias insostenibles. En particular -señala el estudio OCDE-, el alto precio de los arriendos, que se repite en Chile.
En efecto, al menos en Santiago centro (según estudios propios), los arriendos han aumentado de manera sistemática. A modo de ejemplo, un departamento de 45 metros (una habitación y un living-comedor) no cuesta menos de $400.000. Un hijo requiere otra habitación (el arriendo aumenta a no menos de $650.000) y a eso debe considerarse al menos $250.000 adicionales para una guardería ¿Puede una familia de clase media (o menos) tener hijos si los gastos pudieran aumentarle en $500.000?
En concreto, con la situación actual la tendencia de la fecundidad se mantendrá. Lo único que cabe pensar para revertir o amortiguar esta tendencia es cómo se mejoran los sistemas de protección social para la población y sus hijos, presentes o futuros.