Rafael Urriola Urbina[1]
Junto con la llamada ley corta de Isapres, de enero de 2024, el gobierno del presidente Boric se comprometió a enviar un proyecto de reforma la salud. En realidad, hace más de diez años que los diferentes gobiernos han creado comisiones para hacer cambios en el sistema de salud. ¿Cuál es el problema?
Cada vez se gasta más en salud (7% de incremento de los gastos en los últimos 15 años según las estadísticas oficiales) y la gente no siente que se esté mejorando en una proporción semejante los resultados en salud. ¿Se están malgastando los nuevos recursos?
Los documentos base de la actual comisión de Reforma del Minsal https://www.minsal.cl/reforma-de-salud/ señalan que “las personas no sienten que el sistema responda a sus expectativas en cuanto a dignidad, incluyendo aspectos de trato, protección y acceso. La satisfacción ciudadana con el sistema de salud es de un 39%, cifra lejana al promedio de la OCDE que alcanza el 71%”.
Lo anterior se torna aún más complejo – indica el Minsal- al considerar que la situación de enfermedades crónicas, incluyendo de salud mental y discapacidad, se está agravando. Las Encuestas Nacionales de Salud de los años 2003, 2010 y 2017 han demostrado el incremento gradual de adultos que viven con dos o más condiciones crónicas, cifra que hoy se estima en 11 millones de personas. Asimismo, pese al incremento de recursos las listas de espera continúan.
Y los costos directos en salud de la población especialmente de los afiliados a Isapres han aumentado ya que para aliviar la carga financiera de las aseguradoras la Superintendencia de Salud aceptó este año un incremento de 7,4% a los precios base de los planes de salud. A esto se agrega que la cobertura por GES obligatoria se reajustó en algunas Isapres en alrededor de 50%.
Si bien, se dispone de indicadores generales en salud sería importante que el país consensuara criterios para una Reforma y para evaluar las mejoras en los resultados en salud, señala el Dr. Hernán Sandoval, encargado de la Comisión de Reforma que creó el AUGE (hoy GES) en 2005. Sandoval plantea que es necesario tener un propósito explícito. Estos objetivos podrían ser: i) Mejorar la salud de la población; ii) Aumentar la esperanza de vida; y, iii) Disminuir la mortalidad evitable y disminuir la discapacidad. En suma, hay que medir principalmente como cambia el bienestar general de la población.
Estos son objetivos generales que deben estar siempre presentes incluso en las actividades más simples y en las planificaciones de cada instancia de la organización de salud. Cada cosa que se hace en las instituciones públicas de salud debiese explicitar cómo van a contribuir a los objetivos estratégicos señalados.
La Comisión de Reforma generada por el gobierno actual ha puesto el énfasis en la universalidad de la Atención Primaria (APS-U) cuyos objetivos son atender en los establecimientos públicos de APS a personas que puedan pertenecer a las Isapres o a las instituciones de FF. AA. y carabineros; mejorar el acceso general y ampliar la cobertura.
De cualquier modo, el problema principal es transformar las lógicas operativas del sistema. Haciendo lo mismo es muy difícil obtener resultados diferentes. Es necesario pasar de un sistema sanitario orientado a la curación a uno orientado a la prevención y a la promoción de comportamientos saludables; de un sistema excluyente y fragmentado a uno orientado por la protección social con derechos garantizados incrementales. Asimismo, el envejecimiento poblacional y el crecimiento de la dependencia exige que el sector sanitario deba trabajar con otras instancias de la seguridad social para establecer una sociedad del cuidado.