Los representantes diplomáticos están llamados a conducir sus legaciones con el sigilo que demanda la actividad de la política de relaciones internacionales, hasta que deciden dejar de hacerlo. Entonces se transforman en activistas, con lo cual dejan de representar a un pueblo y son, apenas, voceros de una facción de su gobierno.
Es en lo que ha devenido el embajador israelita, Gil Artzyeli, quien ha convocado a una exhibición privada este lunes a las 10.30 horas en un multicine, a apreciar imágenes, supuestamente registradas por Hamás el 7 de octubre.
Un embajador no debe inmiscuirse en la vida de un pueblo, como es el chileno. Por más que hayan comunidades judías, israelitas y palestinas, se trata de chilenos que no viven el conflicto del medio oriente y, por tanto, instrumentalizarlos está al borde de todo lo que se espera de un embajador.
Este sábado hubo una marcha por la Alameda condenando la política de Netanyahu contra los palestinos en la Franja de Gaza, actividad que fue organizada por la sociedad civil. Nada tuvo que ver la embajada palestina en Santiago. ¿Por qué el embajador Artzyeli es un activista contra el pueblo palestino?
Este mismo sábado hubo una masiva protesta de judíos enfrente de la casa del Primer Ministro de Israel pidiendo su renuncia inmediata. ¿Qué hará el embajador si cae Netanyahu?
Cuando se representa a un pueblo se habla con la mesura que exige el cargo, en este caso Artzyeli ha ido mucho más lejos, distorsionando las expresiones de la cancillería chilena y del mismo Presidente de la República, siguiendo la pauta de su gobierno en Tel Aviv, que dijo en un comunicado que «Israel espera que Colombia y Chile estén a su lado, apoyen el derecho de un país democrático a proteger a sus ciudadanos», lo que el Presidente Boric replicó de inmediato, tras reunirse en la Casa Blanca con el Presidente Joe Biden: «No aceptamos que se nos haga elegir entre uno u otro bando, nosotros optamos por la humanidad, y tanto los atentados por parte de Hamás no tienen justificación y se merece la condena mundial, como lo que está haciendo el gobierno de Benjamín Netanyahu merece nuestra más clara condena. El derecho a defenderse de un Estado tiene límites y esos límites son la protección, principalmente, de niños y niñas».
Sobre los llamados públicos a expulsar al embajador de Israel en Santiago, la idea pareciera no estar en la línea del gobierno, pues se trata de abrir puertas y no cerrarlas, más allá del llamado a consulta (retiro temporal) del embajador chileno en Tel Aviv.
Gil Artzyeli tiene los días contados, los mismos que tiene su jefe, Benjamín Netanyahu en el cargo.