Cuando hablamos de cambio climático debemos hacerlo con evidencia científica. Está bien darle curso a la experiencia, la evidencia empírica, esa que al comienzo del otoño o con los primeros días de la primavera nos hace asomarnos por la ventana, mirar el cielo y resolver cuánto abrigarnos para partir nuestro día. Hay algunos que se ven hermosos, salimos con el sol arriba, pero a media tarde el clima nos juega una mala pasada y sobrevienen los problemas de salud.
Un total de 48 de nuestros diputados y diputadas no creen en la evidencia científica como prueba de la acción humana en el cambio climático. Todos ellos de ultra derecha o de derecha. Desde De la Carrera a Schalper, el primero igual que otros 31 votó en contra y el segundo se abstuvo, sumándose a poner en duda que la deforestación y la contaminación atmosférica causadas por el hombre, con el aumento de la temperatura, son responsables del cambio climático. El proyecto, en todo caso, se aprobó con 91 votos.
En este tipo de asuntos, donde la ciencia ha demostrado que los océanos están subiendo su nivel, la radiación por efecto de los CFC y el daño de la capa de ozono son causas irrefutables del cambio climático, se esperaría al menos un debate serio y una votación hasta cruzada de los que están a favor o en contra, pero esta vez los republicanos actuando como una secta, como si estuviesen programados, todos votaron en contra en la Cámara de Diputados y Diputadas.
Esto habla de fanatismo, de adscribir a dogmas que van más allá de toda razón. ¿Por qué?
En un principio el Partido de la Gente, como la Lista del Pueblo, surgieron amparados en verdades coyunturales, al alero de la crisis de los partidos políticos. El tercer grupo que surge en esta línea es el Partido Republicano, PR, que emergió en la última elección parlamentaria ganando el 8% de la Cámara. A diferencia del PDG que consiguió el 4% y que en su primer año se fragmentó, el PR arrasó en la elección de Consejeros Constitucionales, y se llevó un 46% de los consejeros. El PDG no obtuvo ninguno y la Lista del Pueblo desapareció con la derrota del plebiscito de 4 de septiembre de 2022. Al ser electos, la Lista del Pueblo obtuvo el 17,4% de los convencionales (es probable que estén hoy entre el 20% de los que anularon el voto el 7 de mayo).
El fanatismo del grupo republicano, que emerge con fuerza, tendrá su prueba de fuego en la redacción de la Nueva Constitución. Esta es la prueba de la blancura, donde se vistan de demócratas con los valores de la tolerancia, la justicia y la igualdad, los que hasta hoy no han levantado como propios.
No podemos seguir creyendo que la destrucción del Amazonas no ha influido en el cambio climático, toda vez que Brasil vive sequías prolongadas y lluvias que sorprenden a las personas y les llevan la vida. La década pasada Chile vivó aluviones en el norte jamás vistos y hoy Madrid y hace 10 días el norte de Italia fueron arrasadas en primavera por las lluvias en un par de horas. Las últimas precipitaciones en Santiago no alcanzaron a los 3mm, mientras que en la Costa, desde Valparaíso hasta San Antonio, llegaron a 40mm. en pocas horas.
Estamos a nada que en el Congreso los republicanos, con su fanatismo y negacionismo, saquen un proyecto que diga que la Tierra es plana.
Es cierto que Donald Trump es el padre de los republicanos y Jair Bolsonaro un hijo predilecto, pero José Antonio Kast, si quiere llegar a ser Presidente, tendrá que contener a sus parlamentarios, porque si se mantienen en esa línea serán debut y despedida, como Trump y Bolsonaro, como el PDG y la Lista del Pueblo.