Las declaraciones del ministro Giorgio Jackson sobre los valores que alimentan las decisiones del actual gobierno sacaron roncha. Particularmente en las generaciones políticas pasadas debido a que se sintieron aludidas de profundis sobre su voluntad de ejercicio del poder y de cambios cuando fueron gobierno. Uno de los más heridos fue el senador José Miguel Insulza, quien ni corto ni perezoso, desahució la posibilidad de una coalición política entre el llamado socialismo democrático y el juvenil Frente Amplio.
La verdad es que, igual que en la canción Quien mató a Gaete del insigne Mauricio Redolés, ¡nunca para tanto! Insulza salió de su monumental mudez política porque al parecer encontró una rendija gratis para manifestar, de medio lado, su incomodidad con el Apruebo. Y como el país parece no tener memoria, qué mejor que poner como tema político el énfasis de Jackson que, en estricto rigor, nada tiene de engañoso.
Para mí que la postura de don José Miguel es pura demagogia e incomodidad con el Apruebo, y como nunca ha sido muy audaz que digamos, en vez de decir estoy por el Rechazo, prefirió una ira de virgen ofendida.
Es histórico el ahínco de Insulza como ministro de Relaciones Exteriores de Eduardo Frei para salvar a Augusto Pinochet de la extradición a España, cuando estaba preso en Gran Bretaña acusado de delitos de lesa humanidad. Según los críticos de Insulza, si hubiera puesto el mismo empeño en la tramitación de las reformas constitucionales del año 2005, cuando era ministro del Interior de Ricardo Lagos, los resultados hubieran sido más auspiciosos para el país.
Tampoco se puede olvidar que era Secretario General de la OEA cuando Jackson se estrenó como político a fines del gobierno de Bachelet y comienzo del Piñera Uno. Entonces él y sus amigos actuales en el gobierno le sacaron canas verdes al Ministro de Educación de la época, Felipe Bulnes. Cuando se fue Lagos y llegó Bachelet, el ex ministro de Educación Sergio Bitar dijo que el acceso a la educación superior estaba solucionado gracias al Crédito con Aval del Estado, el famoso CAE. Nicolás Grau, actual ministro de Economía e hijo de la ex ministra socialista Paulina Veloso, revolvía el gallinero exigiendo la aplicación del mecanismo, alegando que estaba atrasado. La verdad sea dicha, Jackson, Vallejo y Boric le dieron filo al CAE, y pusieron orden en las filas universitarias. Las familias estaban quebradas y perdían sus casas gracias al CAE. Insulza seguía en la OEA.
Cuando finalmente se vino, intentó tímidamente ser candidato presidencial del PS (por segunda vez). Pero la directiva socialista lo correteó hasta Arica, donde finalmente fue candidato y ganó. Pero donde también se ha hecho el cucho hasta ahora, sin mostrar ningún entusiasmo por representar una Región llena de problemas migratorios y delictuales, amén del abandono del centralismo político nacional.
Entonces, para mí que la postura de don José Miguel es pura demagogia e incomodidad con el Apruebo, y como nunca ha sido muy audaz que digamos, en vez de decir estoy por el Rechazo, prefirió una ira de virgen ofendida.