“Esa pregunta, yo no te la contesto”. Fue así de tajante la respuesta, cuando en una conferencia en Chile, el iracundo entrevistador de extrema derecha, intentó encajonarlo para que comparara la dictadura de Pinochet, menos mala que la de Castro en Cuba o Maduro en Venezuela.
Lo paró de inmediato en seco, ante una sala atiborrada de público, señalando sin titubeo alguno que “Todas las dictaduras son malas, sean esta de izquierda o de derecha”. Un aplauso instantáneo remeció el auditórium.
Sentenciando: “La más mediocre democracia es preferible a la más perfecta dictadura”. “Tengo una aversión visceral contra todos los dictadores”, especialmente los sufridos en Perú, aunque no trepidó en justificar el golpe de Estado en Honduras, actitud contradictoria en su proceder, durante toda su larga vida.
Perder las elecciones presidenciales en 1990, ante Alberto Fujimori otro dictadorcillo corrupto, le significó un duro golpe. Renuncia a su nacionalidad peruana, bajo el pretexto que sus compatriotas no lo merecen. Vivió su auto exilio en España, por largos años.
Ingresó a la Academia de la Lengua de Francia siendo miembro del grupo exclusivo de los Inmortales. Periodista de profesión, novelista de vocación, sin dejar de lado el ensayo y su afición como dramaturgo, nada estaba vedado para su interés literario.
Rápidamente se abrió camino como uno de los autores influyentes de la lengua española del siglo XX, reconocido por sus más de veinte novelas, una quincena de ensayos, nueve obras de teatro, relatos, cuentos infantiles y una autobiografía. Destacando en sus creaciones, una mixtura en la técnica en lo social, lo político, lo policial sobre todo el realismo mágico.
No dejó escapar ningún premio, se los ganó todos: el Cervantes, Príncipe de Asturias, Rómulo Gallegos, Planeta, y Jerusalén, siendo postulado varias veces al mundialmente reconocido Premio Nobel de Literatura, que lo obtuvo merecidamente en el 2010, otro latinoamericano que engrosa la larga lista de escritores americanos.
La Academia Sueca señala que se le otorga dicho galardón “por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces representaciones de la resistencia, de la revuelta y de la derrota del individuo”.
Miles de anécdotas se podrían relatar, siempre amigo de sus amigos, habiendo cultivado una estrecha amistad con Gabriel García Márquez, (Gabo) Premio Nobel de Literatura 1982. En un arrebato propio de él, le propinó un feroz puñetazo en un ojo, recriminándole su proceder en una ceremonia, en que ambos matrimonios compartían. Aunque se respetaban nunca volvieron a encontrarse, siendo ambos gigantes de la literatura hispano americana.
Vargas Llosa dejó un tremendo legado literario, donde la magia de sus novelas nos llena de pasión. Obras como, “El pez en el agua” 1993, “La ciudad de los perros” 1962, “La casa verde 1965, “Los cachorros 1967, “La tía Julia y el escribidor” 1977, “Conversando en la catedral 1969, “Pantaleón y las visitadoras” 1973, “La orgia perpetua” 1975, “La verdad de la mentira” 1990, “La fiesta del chivo” 2000, son entre muchas otras novelas imprescindibles de leer.
Obligado conocer la otra faceta, lo pueden juzgar como quieran, su herencia literaria es su carnet de presentación que abre todas las puertas de la conciencia del ser humano, tan débil y frágil como la vida misma, la que se esfuma sin darnos cuenta.
Fallece a los 89 años, de una desconocida enfermedad, un 13 de abril de 2025. Como último resquemor con su país, ordenó que su funeral sea privado, sin honores, solo acompañado con los que llevaron su sangre y su amor eterno. Su última irreverencia.