Por Manuel Pino Toro, periodista
El Quisco fue el escenario de una reunión clave para el futuro ambiental de la provincia de San Antonio.
Alcaldes y representantes municipales discutieron la urgencia de adoptar un sistema de manejo integrado de residuos sólidos domiciliarios, ante el inminente cierre del relleno sanitario El Molle en 2028.
La instancia permitió trazar líneas de acción y evaluar la viabilidad de un Centro de Tratamiento Integral (CTI) como alternativa sustentable.
El encuentro, liderado por el gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, contó con la participación de los alcaldes de El Quisco, Algarrobo, El Tabo y representantes de San Antonio y Santo Domingo.
La discusión giró en torno a la necesidad de transitar hacia un modelo moderno de gestión de residuos, que incorpore valorización, compostaje y reducción del material enviado a rellenos sanitarios.
Rodrigo Mundaca y el alcalde de Algarrobo Marco González. Alcalde de El Quisco José Jofré.
El desafío del cierre de El Molle
El relleno sanitario El Molle recibe residuos de diez municipios, incluyendo las comunas de la provincia de San Antonio y algunas del Gran Valparaíso.
Actualmente, gestiona el 51,36% de los desechos domiciliarios de la región, pero su capacidad se agotará en menos de cinco años. Ante este panorama, los municipios buscan alternativas para evitar una crisis sanitaria y financiera.
El alcalde de El Quisco, José Jofré, destacó la necesidad de implementar un CTI en la provincia. «Tenemos que minimizar al máximo la cantidad de residuos que terminan en rellenos. Con una planta de tratamiento, podríamos reducir hasta un 50% lo que se dispone, como ocurre en experiencias similares», explicó.
En este contexto, los alcaldes acordaron una visita a Llanquihue, donde funciona un CTI que ha demostrado ser eficaz en la reducción y valorización de residuos.
«Allá manejan entre un 18% y un 20% de disposición en relleno, lo que significa un ahorro importante para los municipios y una menor carga ambiental», agregó Jofré.
¿Cómo funciona un Centro de Tratamiento Integral de Residuos?
Los CTI son infraestructuras avanzadas diseñadas para optimizar la gestión de residuos sólidos. Estos centros incluyen estaciones de separación en origen, plantas de compostaje, y unidades de reciclaje y valorización energética.
A diferencia de los rellenos sanitarios tradicionales, los CTI permiten reducir drásticamente la cantidad de basura que termina en vertederos, fomentando la reutilización y disminuyendo el impacto ambiental.
En la reunión se destacó que el modelo de CTI no implica la acumulación de basura a cielo abierto, sino una gestión eficiente con infraestructura cerrada y tratamiento de residuos bajo estándares ambientales.
Sin embargo, uno de los principales desafíos será encontrar una ubicación adecuada para su instalación, considerando que muchas comunidades rechazan este tipo de proyectos por temor a la contaminación y avaluaciones inmobiliarias a la baja.
Pros y contras de la estrategia
Los alcaldes coincidieron en que un CTI representa una solución sostenible, pero reconocieron los desafíos asociados a su implementación.
Entre las ventajas destacan la reducción de costos de disposición final, el menor impacto ambiental y la generación de empleo local en la gestión de residuos.
Además, un enfoque basado en la educación y separación en origen permitiría mejorar la cultura del reciclaje en la comunidad.
No obstante, las dificultades no son menores. La inversión inicial para construir un CTI es alta, lo que requiere financiamiento del Gobierno Regional y apoyo estatal.
Además, el proceso de selección del sitio y los estudios ambientales pueden demorar años, lo que obliga a tomar medidas transitorias para evitar un colapso cuando El Molle cierre en 2028.
El alcalde de Algarrobo, Marco González, enfatizó la urgencia del problema: «No podemos esperar hasta el 2028 para actuar. Necesitamos decisiones concretas ahora, porque si no avanzamos con rapidez, enfrentaremos una crisis sanitaria en la provincia».