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Por Miguel Ángel San Martín
Con profunda tristeza les informo que hoy, 25.2.2025, falleció en Chillán, a los 85 años de edad, mi hermano César Enrique San Martín González, “La voz del amor”.
Profesor normalista y catedrático de Historia, Geografía y Educación Cívica. Cantante, folclorista y bolerista que dio cinco giras por el mundo llevando canciones que hablaban de amor, pero también de solidaridad y lucha, actuando junto a Jorge Guerra (Pin Pon), Mireya Latorre, el cantor de tangos Monto Yarza y otros famosos artistas chilenos.
Ganador del Festival de Viña del Mar en 1970, formando dúo con Carlos Valladares Mejías (“Los emigrantes”) y acompañando al inolvidable Rolando Alarcón.
Fue Director de Cultura y Publicaciones del Ministerio de Educación. En calidad de tal, representó al presidente Salvador Allende en la entrega del Premio Nacional de Periodismo a otro chillanejo ilustre, Edgar Perramón,
En su exilio cubano, el Maestro Rey Díaz Calvet dirigió su orquesta para grabar TRES discos de boleros siendo super venta en Centro América. En total, grabó una veintena de discos. Cuba le seleccionó en dos ocasiones para representar a Chile en el Festival Internacional del Bolero.
Recibió homenaje del Derecho de Autor de Chile, junto a Lucho Gatica, Antonio Prieto, Leo Marini y a varios más, como los cantantes románticos chilenos más reconocidos internacionalmente.
En junio del 2021, el Alcalde de Chillán y el Honorable Concejo Municipal le otorgaron la Medalla como Ciudadano Destacado de la ciudad.
Persona brillante, solidaria y consecuente. Su biografía es extensa, cargada de luces que quedarán iluminando la cultura de nuestra región ñublensina.
Se apaga aquí la Voz del Amor, pero sus canciones se seguirán escuchando en el Jardín del Edén, donde les esperan nuestros padres, su esposa Lucía y su hija Lorena (recientemente fallecidas), y nuestro hermano Raúl.
Los tres hermanos que quedamos, estamos lejos de nuestra tierra y, por razones de salud, no podremos viajar para darle el postrer adios. Nos unimos a sus hijas en el dolor que nos produce su partida. Como él quería, se fue tranquilo, en el sueño de los hombres buenos.
Amado hermano Enrique, Quico, descansa en paz.