La venta de la Clínica Las Condes (CLC) al Grupo INDISA y a EuroAmérica Seguros de Vida es celebrada como un hecho muy positivo en el ámbito económico del sector salud, pues termina un quinquenio de enormes dificultades para un prestador de prestigio, y de Cecilia Karlezi del grupo Solari quien la controlaba a través de la sociedad Auguri desde el año 2019. Sin embargo, la operación final tiene un horizonte brumoso en torno a uno de los nuevos socios.
A septiembre de 2024 la CLC informaba pérdidas por US$15 millones y una deuda financiera de US$ 200 millones, además de la fuga de unos 200 médicos especialistas. La sociedad controladora Auguri, mandató al banco de inversión BTG Pactual para buscar comprador. BTG preguntó por interesados en Brasil y México, pero los compradores estaban en el barrio El Golf de Santiago de Chile.
Juan Guillermo Agüero, representante de BTG se acercó primero al grupo INDISA, que controla la clínica del mismo nombre e integran dos viejos amigos Jorge Selume y Juan Antonio Guzmán, director de Presupuestos y ministro de Educación durante la dictadura respectivamente. Ambos se han convertido en actores poderosos en la industria de la educación a través de la UNAB y en la clínica Indisa comparten propiedad con Alejandro Pérez, controlador de la Universidad San Sebastián. Pérez, desde 1990 a 2005 fue un ejecutivo de confianza en el grupo Angelini.
Indisa quería participar, pero sin tomar el control de la clínica. Faltaba otro socio, y habría sido el mismo Agüero de BTG Pactual quien contactó a Nicholas Davis de EuroAmérica, en diciembre pasado para ofrecer el porcentaje restante. Conocedores del proceso, precisan que era un paso natural al ser EuroAmérica el principal tenedor de bonos de la Clínica Las Condes.
EuroAmérica podía intentar algo similar a lo que había hecho en Enjoy, la operadora de casinos, cuando siendo su principal acreedor cambió deuda por acciones aumentando su participación en ella para quedar como principal accionista desde febrero de 2022.
Cecilia Karlezi, a la cabeza la sociedad controladora de CLC no aceptó la oferta. Días después se hizo pública una oferta de US$60 millones de una sociedad denominada Kimey SpA. Los medios no tardaron en resaltar que el capital provenía de “El Rey del Plátano”, Gabriel Massuh y que había tenido un proceso con el SII por facturas falsas, aunque finalmente resultó absuelto.
A fines de diciembre BTG decidió aceptar la oferta de EuroAmérica e Indisa por US$40 millones en total, en partes iguales cada uno por el 55,75% de las acciones en manos de Karlesi, 27,8731%, aunque EuroAmérica quedaría con 28,66%, por una porción agregada que ya tenía en CLC. Los nuevos dueños no hicieron ningún pacto de socios, sino cada uno actuó por su cuenta. Pagaron poco más de $7 mil pesos por acción, muy lejos de los $40 mil pesos por acción que pagó Auguri cinco años antes. La compra se hizo sin el due dilligence que habitualmente se hace en operaciones de este tipo. En otras palabras, fue una operación silenciosa, donde las dos partes fueron representadas por abogados del estudio Claro y Cia.
Así, EuroAmérica se instaló como socio estratégico de la operación, pero rápidamente emerge también como un socio incómodo y posiblemente inseguro, lo que se evidencia ya en el énfasis del grupo Indisa cuando se dio a conocer la operación a la prensa, de consignar claramente que compraba “por separado” de EuroAmérica y que no habría coordinación futura con ellos. La razón sería que los otros socios del grupo, ligados a la Universidad San Sebastián cuestionada por el sueldo de Marcela Cubillos, no querrían ni de lejos verse comprometidos en otra crisis que lesione su prestigio.
El riesgo en este caso es que Enjoy enfrenta un proceso por colusión en el Tribunal de la Libre Competencia luego de la investigación de la Fiscalía Nacional Económica de la licitación de patentes de casinos de 2023. Conocedores del mercado financiero nacional indican que la corredora no está en su mejor momento. Tanto por el complejo panorama que atraviesa la industria de seguros en el país, como por las eventualidades financieras y legales derivadas del caso Enjoy. En este, Henry Comber, su principal ejecutivo, aparece como el cerebro de la operación de colusión que incluye la canalización de dineros de los pensionados desde EuroAmérica Seguros de Vida hacia la industria de casinos y juegos de azar.
Junto con la merma de prestigio que ello conlleva y la opacidad de su legalidad, también existe una creciente presión judicial del caso Curauma en cuya quiebra EuroAmérica aparece implicada en eventuales acciones ilícitas. Cómo si esto fuera poco, dentro de poco debe enfrentar en Estados Unidos el vencimiento de un bono que complicaría más sus capacidades de respaldo financiero. Enjoy S.A. comunicó, como hecho esencial que, al amparo de la sección 1145 del Código de Quiebras de los Estados Unidos había emitido en el mercado internacional bonos garantizados con vencimiento el año 2027 por USD 210 millones, intercambiando sus bonos internacionales garantizados con vencimiento el año 2022 por los de 2027. Esta emisión se originó en la repactación de los Bonos 2022 por los Bonos 2027, en el acuerdo de reorganización judicial de Enjoy ante el 8º Juzgado Civil de Santiago, operación en la cual estuvo involucrada activamente EuroAmerica. Un tema es que ello queda bajo la lupa de las autoridades norteamericanas en materia de acatamiento normativo estricto de sus normas legales (compliance), lo que podría ser una perspectiva compleja para EuroAmérica.
Según los ejecutivos de EuroAmérica la decisión de adquirir parte de la propiedad de Clínica Las Condes se enmarca en una visión estratégica de diversificación y expansión. Pero observadores atentos indican que ello, aunque se trata de una inversión pequeña, no parece ser una lectura realista de su estado y parecería más una cirugía estética del rostro financiero de la empresa.
Es claro que el INDISA tiene en CLC una estrategia y buena expectativa de mercado en las prestaciones de salud que obtiene con la compra. Pero EuroAmérica apunta a negocios derivados de lo anterior, básicamente seguros, cuya maduración tiene una sinergia mucho más lenta y compleja con las prestaciones. Según datos del sector, en este momento CLC, tiene ocupada solo un tercio de su capacidad, incluida la quirúrgica, y ha experimentado una fuerte migración de médicos y de especialidades. Por ello, una estrategia de rescatar el segmento ABC1 no sería suficiente ni para la CLC como unidad prestadora, ni para los nuevos socios, pareciendo indispensable ampliar la torta del mercado, lo que tomará tiempo.
Al momento de publicar esta columna, EuroAmérica Seguros de Vida S.A. enfrenta una demanda civil millonaria junto con otros actores financieros de la plaza, por irregularidades judiciales en la quiebra de la inmobiliaria Curauma S.A.