La Niñez en el presente: Un reconocimiento necesario

Por Angélica Bello Véjar, Educadora de Párvulos y Magíster en Educación

Gabriela Mistral nos dejó un legado de sabiduría con su afirmación: «El futuro de los niños es siempre hoy». Esta idea nos invita a reflexionar sobre cómo, como sociedad, abordamos la niñez. ¿Estamos reconociendo a las y los niños como seres completos en su presente o los estamos percibiendo únicamente como proyectos a futuro?

Con demasiada frecuencia, las acciones y políticas hacia los niños y niñas están impulsadas por la ansiedad sobre su preparación para el futuro. Enfocamos nuestros esfuerzos en que adquieran habilidades académicas tempranas, muchas veces sacrificando aspectos esenciales de su desarrollo presente, como el juego, la exploración y la libre expresión. Sin embargo, este enfoque puede ser limitante, pues subestima el valor de las experiencias presentes de las y los niños.

La niñez no es solo una preparación para la vida adulta; es una etapa de vida con su propio valor y significación. Estos necesitan jugar, explorar, y relacionarse con su entorno de manera libre y natural. Estas actividades no son un lujo, sino una parte esencial de su desarrollo. Jugar, por ejemplo, les ayuda a desarrollar habilidades sociales, resolver problemas, y expresar emociones, aspectos fundamentales de su bienestar integral.

Cuando reconocemos a las y los niños como seres completos en su presente, respetamos su derecho a vivir plenamente su infancia. No se trata de ignorar la importancia del aprendizaje, sino de entender que este debe ocurrir en un entorno que respete sus necesidades actuales y no solo en función de futuros logros académicos.

Al centrarnos en el presente de los niños y niñas, promovemos una sociedad que valora a sus miembros en todas las etapas de la vida. Reconocer y atender las necesidades actuales de la niñez es un acto de justicia que, en última instancia, favorece a toda la comunidad. Niños que crecen en un entorno que respeta su presente son más propensos a convertirse en adultos equilibrados, empáticos y creativos, pero este no es el objetivo principal, sino un resultado natural de haber valorado su infancia por sí misma.

Como sociedad, debemos aprender a mirar a la niñez con ojos nuevos, apreciando el momento presente y proporcionándoles las herramientas para que disfruten y aprendan en su aquí y ahora. Solo de esta manera podemos honrar verdaderamente el mensaje de Gabriela Mistral y asegurar que el «hoy» de cada niño y niña sea vivido con plenitud y respeto.

Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por Angélica Bello V. Educadora de Párvulos, Magíster especialista en Educación y Currículum.