En Chile pasamos del No+AFP a proponer que aumenten un 30% su recaudación mediante un Decreto Ley, el 3.500 de 1980, que las creó y las transformó en el monopolio de la recaudación por cotización obligatoria entre los empleados particulares y los estatales contratados a partir del año siguiente.
Hoy está próximo un acuerdo donde el aumento propuesto por el Gobierno, de 6% para solidaridad, pase a entregar la mitad, un 3% adicional, a las AFP que recaudan hoy el 10%.
A todas luces es un negocio redondo para el mercado de capitales, del cual se benefician las grandes empresas y grupos económicos del país, y que los cotizantes nunca más verán, salvo en cuotas que, en promedio, no suben de 200 mil pesos por afiliado jubilado.
Las AFP y la derecha le han vendido a la opinión pública que la platita es de los que cotizan y que nadie puede tocársela, pero ello no es así. La gente no puede disponer de sus fondos, ni en caso de una emergencia médica ni para dar un pie de una casa, como sucedía hasta 1980 con las cajas de previsión.
Las AFP no están para dar un apoyo a los afiliados. Su giro único es invertir los fondos y buscar rentabilidad. La promesa de jubilarse con un 70% de la tasa de reemplazo, al menos, no se cumple ni en los sueldos millonarios, salvo que hayan sido renta tope los 40 años de empleo.
En el actual escenario, el 85% de las pensiones las paga el Estado, mientras que el otro 15% las AFP, pues con los montos que aportan las administradoras no alcanza a vivir una persona en promedio, debiendo suplirla el erario nacional con la PGU. Aún así, están a punto de aumentar a 13% la cotización obligatoria, con lo cual seguirán llenándose los bolsillos las AFP y empobreciéndose los pensionados. El 3% restante el gobierno tiene una idea de darle solidaridad a las y los jubilados, pero dignidad, cero.
Y de esto se trata gobernar, darle dignidad a los gobernados, no de hacer más ricos a los menos, en detrimento de las mayorías. En Chile, como en el mundo, el 1% de los ricos es dueño del 49% de la riqueza. Entonces, cualquier gobierno debería salir del ensoñamiento que les otorga el poder, transitorio, y no entregarse en su ideario. Esta fórmula del 13% y el 3% es regresiva, porque apenas el 57% de los trabajadores cotiza, el resto deberá apoyarse en la solidaridad.
Marco Kremerman, economista e investigador Fundación SOL, aseguró que incluso si el 6% de cotización adicional fuese destinado a un sistema de reparto, «Chile sería una anomalía a nivel mundial». «Se está negociando en una lógica de pedirle perdón al sector financiero», agregó en una entevista con radio de la Universidad de Chile.
Al parecer, no está en estos momentos sobre la mesa el hecho de que más del 70% de las pensiones en Chile están por debajo del salario mínimo, incluyendo el aporte de la PGU. Así y todo, más del 70% de las pensiones está por debajo del salario mínimo y para aquellas personas que cotizaron en torno a 40 años, el sistema de cuentas individuales está entregando una tasa de reemplazo menor a un tercio del salario que ganaban como promedio los últimos diez años. El sistema de cuentas individuales ha sido un fracaso y va a ser un fracaso aunque aumente la cotización a cuentas individuales”, estimó.
En esa misma línea, el economista aseguró que existe “un grupo de la población que está vinculada con las AFP y que solamente se quedan en esta discusión de trinchera de que no haya ningún puntito a seguridad social”.
De esto se trata gobernar, de dar dignidad a las personas, no de solazarse con el poder.