Por Sergio Velasco de la Cerda
Xi-Jin Ping, presidente de China, junto a Dina Boluarte, presidenta del Perú, inauguraron el mega-puerto de Chancay, a escasos sesenta kilómetros de Lima. Todo esto en el marco del Foro de Cooperación Económica del Asia Pacifico (APEC), ocasión imperdible para dar a conocer al mundo un proyecto de desarrollo gigantesco en el país vecino.
Cosco Shipping, a cargo de las obras ya concluidas, está comprometida a invertir en los puertos de ILO y Callao, hacer crecer y modernizar estos importantes terminales, los que absorberán gran parte de la carga del Continente.
La expansión que está realizando el poderoso país asiático, en América del Sur, es notable. Invertirá mas de 10.000 millones de dólares en una parrilla ferroviaria, que partirá desde Lima- Perú hasta Brasil-Sao-Paulo, con la finalidad de acercar las cargas de los productores agrícolas de la Amazonía y Bolivia. Incluso la ley de cabotaje, les permitirá captar los fletes de Arica, Iquique y Antofagasta, sin mayor esfuerzo.
Las autoridades peruanas, con una visión de futuro, lograron su máximo objetivo de transporte marítimo. La conectividad vial con una red ferroviaria transnacional, los coloca en primerísimo lugar para la transferencia de contenedores. Partiendo de esos puertos, no tendrán ir a otros, ya que el servicio será completo. Menos días de viaje y menos costos en transporte.
Chancay tiene sitios de atraque para naves de mas de 400 metros de eslora, con capacidad para 24.000 teus. Un récord que marca una enorme diferencia, los que los hacen muy competitivos ante cualquier otro terminal de la costa del Pacífico.
China con su líder imperturbable penetró en el Continente Sur Americano, simplemente con el lema “Emprender, Empoderar y Crecer” sin ninguna alaraca, ni siquiera imponer su ideología.
El diálogo, los acuerdos y tratados de libre comercio hacen lo suyo, materializan los grandes proyectos de infraestructuras y desarrollo para ambas naciones, de signos muy distintos.
Chile aun duerme el sueño eterno. La lección no la hemos aprendido. Por el contrario, la desidia e incapacidad es notoria, perdimos una oportunidad que nos pesará en el futuro próximo.
Lamento afirmar que no existe una voluntad política efectiva, que dé solución a este “terremoto” que sufrirán todos los puertos chilenos, nadie se salvará, los del norte sufrirán la merma de las cargas mineras y los de la zona central, la carga de contenedores, que ya no saldrán ni llegarán a nuestros terminales.
No podemos recibir naves que transporten sobre de 18.000 contenedores, no existen sitios. Valparaíso apenas recién logró un proyecto para construir un sitio para Cruceros, que si la odiosa “permisología” se lo permite iniciarán pronto las obras.
San Antonio, el otrora principal puerto de la costa oeste sudamericana, y orgullo nacional, en transferencia de carga, es vivo ejemplo de la “burrocracia” estatal.
Aunque el Presidente Gabriel Boric, en su fugaz visita al litoral hace unas semanas señaló que los gobiernos están en deuda con esta vital empresa, Epsa, y reconoció que estamos atrasados en 30 años.
En materia de una vasta red ferroviaria, que traspase las estrechas fronteras provinciales y regionales, todavía están en una telaraña, de sesudos estudios, sin que se vea luz al final de túnel.
Comparto plenamente lo señalado por German Correa, “Miopía y Mediocridad” ha reinado en esta materia. Desde que la presidenta Bachelet decidiera que el mega-puerto se construiría aquí, aún no se concreta nada, salvo anuncios y voladores de luces, que para eso somos campeones.
Un Consultivo Nacional Portuario es imprescindible, los trabajadores marítimos, los empresarios y productores, con las autoridades de turno deben apurar el tranco, sino el país le pasará la cuenta, sufriendo las dolorosas consecuencias.
Esta urgente reunión no es para agravar la situación, llamando un paro del sector. Es tan simple como decir basta a tanta estulticia.
Cuando los portuarios golpeen la mesa, se sentirá de Arica a Magallanes. ¡Dios nos pille confesados!