Una semana antes de aparecer su cuerpo al lado de un centro salmonero al interior del Parque Nacional Laguna San Rafael, en la región de Aysén, la ballena jorobada ya había sido vista con vida alrededor de las jaulas acuícolas que Cooke Aquaculture Chile S.A. mantiene en el área. En un registro audiovisual fechado el 20 de octubre, compartido por un tour operador que realiza el trayecto entre Bahía Exploradores y la laguna San Rafael, es posible apreciar al cetáceo nadando a la altura de la desembocadura del río Exploradores, donde la empresa canadiense mantiene los centros Punta Caldera y Río Claro 05. Las instalaciones del video corresponden a esta última.
El caso ha generado diversas reacciones a nivel nacional: el Ministerio del Medio Ambiente presentó la denuncia ante el Ministerio Público y el Servicio Nacional de Pesca iniciará una investigación ad hoc, confirmando que se trata de un macho de 12 metros. La Superintendencia del Medio Ambiente, en tanto, solicitó antecedentes a la empresa titular de la concesión acuícola.
La gravedad del hecho se ha amplificado producto de coincidir con un hallazgo similar en Magallanes, en la reserva nacional Kawésqar, donde la ballena estaba “presuntamente” enmallada. Tal concesión (Gamero 1) pertenece a Salmones Islas del Sur S.A., filial de Mar Australis, en el Seno Glacier.
Fotografía Servicio Nacional de Pesca y Directemar (Armada de Chile)
“Esperamos que estos hechos se investiguen con la mayor celeridad y con la mayor rigurosidad. Si bien en este minuto no es posible aseverar a ciencia cierta una causa de la muerte de estos cetáceos, ciertamente que aparezcan ballenas muertas de manera reiterada en zonas aledañas a centros de cultivo de salmón es una, comillas, casualidad que necesariamente debe investigarse y despejarse” señaló al respecto el presidente de la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén (CODESA), Erwin Sandoval Gallardo. La organización es parte en una investigación que impulsa la SMA contra Cooke Aquaculture Chile por sobreproducción en el centro “Huillines 3”, además de “Huillines 2”, ambos dentro de un área puesta bajo protección ambiental como el Parque Nacional Laguna San Rafael.
Agregó que “esperamos que estos antecedentes sean debidamente considerados y ponderados por la SMA en el marco de procedimientos sancionatorios que actualmente lleva adelante en contra de Cooke por la operación de sus centros de cultivo al interior del parque, que generan severos impactos ambientales en un área de altísimo valor ambiental y de biodiversidad. Es por ello que en el marco de la Ley Orgánica de la Superintendencia del Medio Ambiente esperamos que las infracciones cometidas por la empresa sean calificadas como gravísima, y que el procedimiento sancionatorio culmine con el retiro de los permisos ambientales de estos centros de cultivo en particular”.
Por su parte, el director de Codeff Aysén y presidente de la Agrupación Aysén Reserva de Vida, Peter Hartmann Samhaber, lamentó “la muerte de la ballena al lado del centro ‘Huillines 3’, donde no debiera haber salmoneras que están ilegales”. Unos días antes el dirigente había sido parte de una delegación que recorrió el sector, donde “vimos el resoplido de la ballena, junto a los restos de ese centro lleno de tóxicos y químicos. Según operadores turísticos que la vieron muerta dicen que tenía heridas. Sería bueno que alguien revise aquello y que no sea sólo la empresa, porque la institucionalidad se demora un siglo en llegar a estos lugares y les está preguntando a Cooke, que no creo vaya a decir lo que realmente ocurre”. La idea es “que la institucionalidad se mueva pronto, antes de que ya no sea revisable y no nos vengan otra vez con la disculpa de que eso es un cementerio de ballenas como lo hicieron con la ballena que está en la laguna San Rafael, muerta”.
CODESA, la Agrupación Aysén Reserva de Vida y Codeff son parte de Alianza por la Defensa de las Áreas Protegidas, que impulsa la salida de los centros de cultivo de las áreas protegidas, sin relocalización, bajo el alero de la campaña “¡Salvemos la Patagonia!”. La ofensiva reúne a más de 40 organizaciones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, entre otras del resto del país y el extranjero.