Por Miguel Ángel San Martín, desde Madrid
El pasado martes tuve el honor de presentar a la opinión pública española, en el Salón Miguel de Cervantes de la Casa de América de Madrid, un libro escrito por Enrique Corvetto Castro, un joven periodista y profesor chileno. La presencia del Embajador de nuestro país, de las autoridades del citado y prestigioso centro cultural, de personalidades y público diverso, además de colegas periodistas, me llenó de orgullo y de sorpresa.
El libro, de 178 páginas, se refiere al Campeonato Mundial de Fútbol efectuado en Chile en 1962, pero el joven autor tuvo el ingenio de adaptar su obra original acercándola lo que más pudo a la realidad española. Por ejemplo, cambió el título original del libro y le puso: ”España en el último Mundial romántico. Chile 1962, una mirada histórica más allá del fútbol”. Y en el texto destacó lo relacionado con España, con los jugadores de su selección -con Di Stéfano como estandarte-, con la sede en que le correspondió jugar…hasta con los periodistas españoles que vinieron a cubrir las noticias del evento.
Dije que me había causado sorpresa el acto, porque el valdiviano Enrique Corvetto, de no más de 43 años de edad, escribe por afición y aprovecha su condición de periodista para hacer investigaciones profundas, encontrando detalles que nunca se nos imaginó que hubiesen ocurrido en aquel mundial.
El libro fue escrito y presentado a los lectores chilenos en el 2022 y tuvo tanta aceptación que fue reconocido ese año con el Premio Nacional al Mejor Libro de Historia del Fútbol de Chile, por la Fundación Nacional de Investigadores, Historiadores y Estadísticos (IHE) del Fútbol Chileno. Sin embargo, no tuvo un realce especial por parte de la prensa chilena. Todo eso hacía presagiar que era imposible que pudiera ser presentado a los españoles en un lugar tan importante, ante tales autoridades y con presencia de la prensa local. Pero se hizo.
Confieso que no conocía a Corvetto, pero él me solicitó desde Chile que fuera el encargado de la presentación. Por curiosidad, le acepté de inmediato su encargo. Y no me equivoqué. Porque se trata de un profesor y periodista lleno de iniciativas, cual más audaz. Pero, a la vez, cual más interesante para ampliar la visión de Chile en el mundo. De ida y de vuelta. O sea, cómo dotar de posibilidades a jóvenes talentos de nuestro país para darse a conocer en el extranjero. Y, a la vez, cómo interesar a editoriales y autores para que acudan a Chile a sembrar la semilla de la creación literaria y hacer que florezcan en su real dimensión.
Con Corvetto hemos sostenido reuniones con gente relacionada con editoriales. Y hemos descubierto en el intercambio de experiencias que Chile tiene muchas carencias en este sector de la cultura. Ello, a pesar de existir un potencial talento creativo en nuestra juventud. La principal carencia, según un ejecutivo de una Editorial importante de España, es que existe un centralismo exagerado que deja con escasas posibilidades a los creadores de regiones. Se aprecia y valora la acción de algunas universidades que, dentro de sus tareas formadoras de profesionales, hacen esfuerzos para que en la literatura se abran caminos de edición para las obras más significativas. Sin embargo, la acción constante y generosa de las editoriales en Santiago, pensando en las preferencias del público lector de la capital, castiga a la creatividad que duerme en regiones y al público ávido de lectura.
Me sorprendió la audacia de Enrique Corvetto trayendo a España su libro sobre el Mundial de Fútbol de 1962, realizado en Chile. Pero valoro su inquietud y sus deseos de avanzar en sus sueños de potenciar la colaboración literaria de Chile con otros países. Me siento contagiado con ese ímpetu juvenil y me sumaré al carro de sus sueños. Ojalá que ese ímpetu audaz rinda los frutos anhelados. Le hará bien a Chile.