Responsabilidad y transparencia: Exigencias ineludibles para la política

Por Paola Merckak, abogada y Mediadora Familiar

 

Hace unas semanas, el Servel tomó una decisión que ha sacudido a la opinión pública: el rechazo de candidaturas de varios postulantes por mantener deudas de pensión alimenticia. Este episodio no solo revela la falta de responsabilidad de ciertos candidatos, sino también la negligencia de los partidos políticos al seleccionar a quienes deben representar sus principios y valores.

La pensión alimenticia no es solo una obligación legal, sino un deber moral ineludible. Cuando un candidato es incapaz de cumplir con la responsabilidad de garantizar el bienestar de sus propios hijos, ¿cómo podemos confiar en que cumplirá con las obligaciones de un cargo público? La respuesta es clara: no podemos. Este tipo de comportamiento es inaceptable en cualquier ciudadano, y más aún en quienes pretenden ocupar un puesto en el servicio público.

Pero este problema no recae únicamente en los individuos. Los partidos políticos también son responsables. ¿Cómo es posible que se permita la postulación de personas que no han cumplido con algo tan esencial como la manutención de sus hijos? La única explicación es la desprolijidad. No hay otra forma de describir la falta de rigurosidad en los procesos de selección y supervisión de candidaturas.

Esta situación no puede repetirse. Los partidos políticos deben asumir un rol más activo y riguroso en la selección de sus candidatos, asegurando que aquellos que postulan sean no sólo competentes, sino también moralmente aptos para ejercer la función pública. Esto no es solo una cuestión de legalidad, sino de ética. Si permitimos que estos errores sigan ocurriendo, estamos degradando nuestra democracia y la confianza en nuestras instituciones.

El rechazo de estas candidaturas por parte del Servel es una acción completamente justificada y un necesario llamado de atención. Es un mensaje claro: la política no puede ser un refugio para quienes eluden sus deberes. Este tipo de negligencias tiene que parar, y debemos asegurarnos de que nunca más se permita que personas que evaden sus responsabilidades accedan a posiciones de poder.

La confianza en las instituciones se construye con acciones firmes y responsables. Este es un paso en la dirección correcta, pero debe ser solo el comienzo de una serie de medidas para elevar los estándares en nuestras instituciones y en la calidad de nuestra representación. Como ciudadanos, debemos ser más vigilantes y exigir más de quienes nos representan. No podemos seguir tolerando este tipo de conductas.