La última esperanza

Por Sergio Velasco de la Cerda.

“No hay nada como un sueño, para el crear futuro” Víctor Hugo.

 

Boric, Petro, Lula, en algún momento creyeron que las elecciones en Venezuela podían ser transparente, si fue así, desbordaron de un sano optimismo, que hoy los tienen en un laberinto sin salida. AMLO es distinto, se pronunció con mayor cautela.  Debe ser porque en carne propia vivió y sufrió, tres veces el robo electoral siendo candidato presidencial, con un PRI, en México corrupto por el narco tráfico institucionalizado.

Chávez dejó como heredero a un alumno aventajado. La revolución Bolivariana quedaba resguardada en muy buenas manos, aunque estas estuvieran manchadas de sangre de sus propios compatriotas. Maduro, y su cohorte de funcionarios incondicionales, desde un comienzo dieron señales claras que no permitirían competir democráticamente con cualquier rival que por asomo le pudiera hacer una mínima sombra.

¿Entonces de que nos extrañamos ahora?  Si la principal candidata opositora fue inhabilitada a quince años, para no ejercer postulación alguna, después de ganar una primaria con mas del 90 % de los votos. María Corina Machado le ganaba lejos. No pudiendo presentarse, acudieron a otra candidata, la que también fue tachada por el Tribunal Electoral, nada que estuviera cercano a una posible derrota. Saben que no tienen para donde arrancar por los crímenes cometidos.

Los desunidos partidos de oposición, fracaso tras fracaso, se ponen de acuerdo, al fin, postulando a un desconocido diplomático, con setenta y un años, jubilado, y con 0 experiencia en candidatura alguna. Acepta el tremendo desafió: David contra Goliat, la carrera de antemano era pan comido para el oficialismo.

Edmundo González Urrutia, frente al contendor del peso pesado, con todo el aparataje estatal en contra, se ve envuelto de la noche a la mañana en el enemigo público número 1 de la dictadura cívico-militar-policial, perfecta según el chavismo.

Las dictaduras son calcadas, particularmente en Latinoamérica, sean estas de izquierda o derecha. Solo se diferencia por la cantidad de asesinatos, presos políticos o exiliados; antes, durante y después del proceso electoral.

El pueblo venezolano el 28 de Julio concurrió a votar, lleno de esperanza, “en que vendrán días mejores” la gente simplemente ya no aguantaba más tanto abuso y la permanente violación a los básicos derechos cívicos y humanos.

A Maduro y a sus aláteres le salió el tiro por la culata. La campaña dirigida por la no candidata, Machado, ganó la elección, en el propio terreno de ellos, con condiciones adversas, de terror y horror que impuso unilateralmente el tirano locuaz presidente perdedor.

Pasadas las horas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no daba los resultados. Al fin un escueto comunicado: Maduro 5.150.092 con un 51, 20 % y González 4.445.978 con un 44,2 %.   Nadie lo creyó, menos el presidente Gabriel Boric, quien fue el primero que lo puso en duda, exigiendo, transparencia en el proceso electoral.

Fraude, gritaron enrabiados los y las ciudadanas venezolanas. Fraude denunciaron los 7 millones de venezolanos en el exilio. Fraude declararon los organismos multilaterales como la OEA, la ONU. la Unión Europea y los EE.UU.: resultado mutis por el foro, no se oye padre.

Chile y siete países más, por no estar de acuerdo con las fantasías del Autócrata, todos fueron expulsados al exigir mostrar las actas, a esta altura el CNE no las mostrará, porque no las puede modificar. Todo el cuerpo diplomático, el embajador a la cabeza, con lo puesto debieron apresuradamente, salir de ese generoso país, que antaño recibieron a tantos exiliados chilenos, durante la oprobiosa dictadura de Pinochet.

¿Qué caminos seguir? Algunos lideres proponen nuevas elecciones, con Machado compitiendo, imposible sabe que pierde. Un estrangulamiento como a Cuba, la azúcar no es tan necesaria como el petróleo.   Aislamiento internacional, les importa “un pucho” afecta al pueblo y aumenta el éxodo migratorio.

Las ansias de libertad mantendrán al pueblo unido. Hasta que las fuerzas armadas venezolanas, no corruptas, sigan luchando ¡Basta ya! ¡Democracia Ahora!