¡Que 3 metros no es nada, che!

Cuando instalaba el poste de la electricidad de empalme dentro de mi propiedad, la compañía que debía hacerlo  rechazó la conexión, porque el tendido del poste de la calle pasaba por sobre la propiedad de mi vecina. Así, tuve que reinstalarlo un metro más retirado, para cumplir con la norma.

Argentina instaló 3 metros en territorio chileno unos paneles solares y el canciller Van Klaveren dijo que «fue de buena fe», como si el territorio nacional se pudiera ocupar de buena fe.

Todas las tomas en Chile son ilegales y las Cortes ordenan su desalojo de inmediato, incluso pone plazos como el que está corriendo para 5 mil ocupantes de terrenos particulares y públicos en San Antonio, pero para el ministro de Relaciones Exteriores, Argentina actuó de buena fe.

Los trasandinos, de tanto en tanto, tienden a generar conflictos artificiales, muchas veces para desviar la atención ante una crisis interna. En el Hito 1 de la frontera, en la boca oriente del Estrecho de Magallanes, fijado en 1881, Argentina se sintió con el derecho de apropiarse de lo ajeno y su embajador en Santiago, Jorge Faurie, reconoció el hecho y dijo, todo suelto de cuerpo, que «moverlos en este momento no sería posible, habría que esperar hasta el verano».

En el Tratado de Límites con Argentina se acordó que serán las más altas cumbres de la Cordillera de Los Andes o siguiendo el curso de las aguas las que delimiten la frontera. Las que van al oriente son el límite del vecino país, las que decantan al poniente pertenecen a Chile. Eso hizo que todo el Estrecho de Magallanes quedara en territorio nacional, pues las aguas corren hacia el Pacífico. Es curioso para los chilenos pararse en el Hito 1, porque es estar en el Atlántico, sin poder poner un pie sobre la playa, que es Argentina.

La Casa Rosada tendrá que reparar el daño causado. El embajador dijo que podrían compartir la electricidad que generen los paneles que, dicho sea de paso, hay que recordarle que parte de ellos están en territorio chileno, bajo cielo chileno. El asunto está en saber cuándo y a qué hora los argentinos desmontarán su estructura y nos devolverán la soberanía, y si es que algún día lo hacen.