Por Álvaro Lara, periodista
Desde hace ya unas cuantas temporadas, las bases del campeonato nacional de fútbol de primera división establece que cada equipo debe incluir en cancha jugadores de hasta 21 años de edad al menos durante el 70% del campeonato.
Medida resistida por algunos, aplaudida por otros, al fin y al cabo, todos la cumplen con más o menos holgura, porque las penas establecidas son la resta de puntos y cuantiosas multas en dinero.
El argumento para esta regla es la de foguear a jugadores jóvenes a lo que los detractores de la misma replican que debe ser un proceso natural y no llevado a cabo con la pistola en el pecho.
Como en la vida misma, todos tienen la razón, pero lo que impera es la norma y hay que cumplirla, así, este año cada equipo deberá acumular al menos 1760 minutos con un jugador (no necesariamente el mismo) nacido después del 1 de enero del 2003.
Así, los equipos inician la tarea de “subir” al primer equipo a jugadores de sus divisiones inferiores que tengan un nivel técnico, físico y táctico acorde a un campeonato de primera división. Paralelamente deben hacerles firmar contrato profesional, el que muchas veces es el primero que firman estos jugadores.
Y esa búsqueda -que no debiera ser difícil- al parecer en algunos casos se torna casi imposible… en los últimos días se supo del caso de Ñublense, el que a través de su entrenador Mario Salas acusó a clubes como Colo Colo, Universidad Católica y/o Universidad de Chile de hacer de perro del hortelano: no sube jugadores ni los facilitan para que otros clubes sí lo puedan hacer.
Extraña denuncia la de Salas, quien en sus buenos tiempos golpeaba la mesa porque sonaba un celular durante sus conferencias de prensa incluso levantándose y dándolas por terminadas de manera unilateral, morigerando su conducta producto de reflexiones personales.
Insólita denuncia porque da a entender que en las divisiones inferiores de su club, no hay ningún jugador idóneo como para militar en el primer equipo del cuadro chillanejo, al punto que deben ir a buscarlos a otras canteras, lo que se supone es con el aval de su dirigencia. ¿No hay autocrítica en esta última? ¿no hay una lectura entrelíneas de severo reproche de parte de su entrenador?
Vaya a saberlo uno… lo concreto es que lo que trasciende es que un club manejado por empresarios no cuenta en sus divisiones inferiores con jugadores de 21 años capaces de desempeñarse de manera competitiva en un torneo cuya exigencia no es precisamente propia de las grandes ligas.
Es el fútbol chileno, en una más de sus alambicadas facetas.
N.de la R: El jueves 1 de febrero el Consejo de Presidentes de Clubes debatirá la inclusión obligatoria de al menos un jugador de 19 años en cancha este año, con el espíritu de buscar jugadores que puedan ser seleccionados en el Mundial Sub-20 que se jugará en Chile en el venidero 2025.