Opinión

Ni herejes ni renegados, solo militantes de una distopia

“Memorias de un Militante”, de Patricio Cueto, merece leerse. Quizás si lo más importante del libro no sea el relato del proceso de ruptura, sino el entierro de Manuel, ese personaje que habitó la vida de Patricio Cueto como militante clandestino y que ahora descansa en paz, luego de esta publicación. Para beneplácito de aquellos que podemos gozar de la presencia del autor, vivo y activo en la democracia.