La presencia de la Flotilla Global Sumud, compuesta por alrededor de 60 embarcaciones pequeñas, desarmadas y cargadas de solidaridad, incomoda a los promotores de las acciones genocidas de Israel. Estando en el Mediterráneo, en aguas internacionales, la flotilla repleta de personas de al menos 44 nacionalidades, expertos en las diferentes especialidades de la medicina y la asistencia social que pertenecen a Organizaciones No Gubernamentales, están recibiendo ataques menores con drones, presumiblemente procedentes de las fuerzas armadas israelíes.
Algunas naciones están reaccionando con contundencia frente a la acción ilegal armada. Italia, por ejemplo, hace un par de días envió a la zona a una fragata de su armada con el fin de proteger a los ciudadanos italianos que tripulan embarcaciones de la Flotilla Global Sumud.
Ayer, España ha anunciado el envío de un buque de guerra desde Cartagena al Mediterráneo oriental para defender al conjunto de las naves pertenecientes a la citada Flotilla, con la advertencia de que va a protegerla de los ataques militares producidos ilegalmente en aguas internacionales.
La misión de esa flotilla solidaria es romper el asedio israelí a los pocos ciudadanos palestinos que van quedando en Gaza, donde es más que evidente que se está produciendo un genocidio. Y países democráticos de Europa, como Italia y España, están reaccionando con decisión ante tanta barbarie. Otros gobiernos están manifestando su apoyo a las acciones de los grupos no gubernamentales que han concretado la idea.
La decisión española se produjo tras una noche de 14 ataques con drones israelíes dirigidos contra los barcos humanitarios y que provocaron daños en varias embarcaciones. La ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó que España tiene el deber legal y moral de actuar, subrayando que los activistas humanitarios desarmados no pueden ser abandonados a su suerte ante los reiterados ataques ilegales que se producen violando el derecho internacional.
Sin duda que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que se ha transformado en una de las voces más claras de Europa en la condena del genocidio israelí en Gaza, está dando un paso audaz al comprometer directamente la protección militar española a quienes arriesgan sus vidas para entregar ayuda.
Italia había enviado previamente una fragata de la Armada bajo la misma justificación, afirmando también que la protección de los trabajadores humanitarios es una obligación legal.
Por supuesto que este gesto contundente de los gobiernos de Italia y España, oponiéndose ahora abiertamente a las acciones de guerra de Israel en el mar, está causando una presión muy significativa y eficaz para que otros gobiernos europeos pasen de las palabras a los hechos en defensa de la vida y la dignidad de Palestina.
Ya es importante lo ocurrido en la última reunión de las Naciones Unidas, efectuada en Nueva York, donde más de 150 naciones expresaron oficialmente su reconocimiento del Estado de Palestina. Es una decisión importante y contundente que Israel y los países que le apoyan deberán tomar en consideración para que se paralice de inmediato la irracional matanza que se está produciendo en Gaza a vista de todo el mundo.
En consecuencia, es imperativo que se imponga la cordura, la sensatez, el sentido común y la inteligencia humana en aquel lugar. Justamente, los derechos humanos deben ser cautelados por todos quienes pensamos con una irrenunciable ética social, cueste lo que cueste.
Debemos asumir que estamos viviendo un momento histórico en el cual la violencia no tiene espacio en la convivencia humana. Debemos detener los abusos y las atrocidades. Y debemos hacerlo entre todos, estemos donde estemos.