Por Miguel Ángel San Martín desde Madrid
Mañana, 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Todos hablamos del tema, recordando que la mujer sigue estando lejos de conseguir igualdad de trato y de oportunidades. Es necesario hacerlo, sin descanso.
Según la Declaración y Programa de Acción de Viena, en la parte primera párrafo 18, dice textualmente: «Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales”.
Quisiera en esta oportunidad recordar a la mujer sufriente, a la que padece la irracionalidad de una guerra. Y debemos denunciar esto cada día, también sin descanso.
Hace unos años escribí sobre esto y, por lo mismo, siento una profunda tristeza porque continua siendo una actualidad que duele, que ofende y que debemos combatir.
Dije entonces y lo recupero hoy que la mujer, en general, juega un papel fundamental en las sociedades. En los tiempos convulsos que corren, muchas mujeres se sientan en las mesas de negociaciones y marcan sentido común, inteligencia y sensibilidad a la hora de adoptar decisiones para avanzar.
Comparto con muchas personas en que nada justifica una guerra. Soy un convencido de que la violencia genera más violencia. Prefiero, por convicción de vida, las palabras que generan más palabras. Porque todas tienen contenidos ideológicos y por eso me quedo con las ideas que generan nuevas ideas y que van construyendo proyectos, programas de crecimiento y desarrollo, en paz y en progreso. Sea donde sea, y cuando sea.
En este Día Internacional de la Mujer creo oportuno rendir homenaje a la mujer palestina y a la ucraniana. Ambas son víctimas de la irracionalidad de la guerra, del dolor que produce tanta destrucción y muerte. Las mujeres ucranianas y palestinas, como símbolo de todas las que viven guerras, son el ejemplo del sufrimiento de gente inocente por el fracaso de la inteligencia humana.
Por otra parte, han sido muchas las mujeres que han denunciado, a través de organizaciones de periodistas independientes de diferentes nacionalidades, que existe una manipulación descarada en el mundo de la información, mediante las llamadas “fake news”. Y que esa desvergonzada manipulación, que profundiza la inequidad de género, proviene de sectores con intereses personales, políticos o económicos.
Estas mismas mujeres nos han advertido que no debemos olvidar el “miente, miente, que algo queda” de los nazis. Y que, en la actualidad, las falsas noticias circulan libremente a través de los medios que ellos mismos controlan, sin especificar sus fuentes.
Han sido también varias mujeres pensadoras las que están insistiendo en que debemos ser transversales, amplios y generosos, porque en este mundo cabemos todos y que debemos avanzar con grandes acuerdos, con consensos de fondo relacionados con la igualdad y la justicia. Y que debemos potenciar la tolerancia y el posibilismo, fortaleciendo los derechos humanos consagrados en todos los documentos que rigen la convivencia social.
Mañana conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, permítanme que rinda un homenaje a todas las mujeres del mundo, pero en los tiempos que corren lo hagamos pensando en aquellas heroínas que resisten el horror de la guerra, de la insensatez y de la irracionalidad proveniente de intereses inhumanos.