En Primera Persona: Catalina Thauby, ¿Por qué quiere ser consejera regional en Valparaíso?

Decidí ser candidata al Consejo Regional de Valparaíso porque llevo años viendo cómo nuestro país y nuestra hermosa región se está cayendo a pedazos y nadie hace nada. Creo que es el momento que entre gente nueva, preparada y con ganas de trabajar y no de llenarse los bolsillos. Ya estoy terminando de criar a mis hijos y llevo años estudiando y preparándome para desempeñar un cargo como éste, donde se puede hacer tanto por tantos vecinos de la región. Soy Viñamarina y por eso, sólo me interesa devolver lo que he recibido.

¿Cuál es el peor problema que crees deberás enfrentar si ganas?

Creo que primero hay que ordenar la casa, hacer una auditoría completa a la gestión del Gobernador Mundaca y su Consejo. Después hay que fijar reglas claras para la adjudicación de contratos y subvenciones, de modo de eliminar el compadrazgo y los arreglines con amigos; revisar las instituciones que postulan, los montos que se entregan, las actividades en que se usan esos fondos y la cantidad de veces que la misma entidad ha sido receptora de fondos. Además de exigir a cada institución una completa rendición de los fondos entregados antes de que postule a nuevos fondos, dando así la oportunidad a nuevas postulaciones.

¿Cuál es tu mejor propuesta?

Sin duda hay multiplicidad de necesidades sin cumplir en la región, por lo que la priorización de los proyectos es fundamental y para eso hay que tener una excelente comunicación con las Municipalidades y con los grupos intermedios, organizaciones sociales y Juntas de Vecinos. Sin perjuicio de ello, para mí, la Ruta F-30 que une Concón con Quintero y Puchuncaví es un tema que debe ser solucionado a la brevedad. Se les ha prometido a los vecinos una y otra vez que se va a solucionar el problema de la rotonda, que se va a hacer un nuevo puente y que se va a ensanchar la ruta y pasan los años y nada. Lo último que supe es que está proyectada para el 2038; esto es una burla a los vecinos de Viña del Mar, Concón, Quintero y Puchuncaví y no se lo merecen.