APROB: Inteligencia artificial y ocupaciones en riesgo

Por Rafael Urriola Urbina[1]

Hace pocos días el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó el documento  “Mirror, Mirror on the Wall: Which Jobs Will AI Replace After All” que podría traducirse como Espejito, espejito: al final de cuentas ¿qué trabajos reemplazará la Inteligencia Artificial (IA)? En efecto, hay muchas conjeturas y evaluaciones al respecto.

Los investigadores Benítez-Rueda y Parrado del BID decidieron hacer un modelo -basado en IA con Chatgpt 4.o- para establecer un Indice de sensibilidad frente a la IA, es decir, calcular cuales son las clases de ocupación que podrán estar más afectadas por la IA.

Quizás, debamos aceptar que en esto hay un poco de magia porque desde un tiempo todo lo que es cambio tecnológico se le endosa automáticamente a la IA y esto parece no estar resuelto ni siquiera entre los expertos más afamados. Siempre ha habido innovaciones que cambian la estructura funcional de las ocupaciones en las empresas. Sin ir muy lejos, la labor de secretarias de “pasar a máquina” escritos de las jefaturas no existe hoy, pero ocupó a miles de personas hasta hace solo 30 o 40 años.

Es evidente que las capacidades de la humanidad para hacer más fácil el trabajo de las personas se desarrolla exponencialmente y lo seguirá haciendo. Asimismo, el interés de la empresa es bajar costos y si las innovaciones, además son costo efectivas, es decir, en el corto o mediano plazo le permiten ahorros a la empresa, estas innovaciones se aplicarán. Es el caso de la banca que está cerrando sus puertas para dar lugar a numerosas transacciones en línea y respuestas mediante chat virtuales a las demandas de los clientes. Es cierto, que esto crea a veces incomodidades entre ellos, que solo podrán mejorar si la competencia sube el nivel de la atención.

Usando la misma “técnica” de los investigadores del BID preguntamos a Chatgpt en qué se diferenciaba la IA de la innovación y la respuesta fue. “La IA es una rama específica de la tecnología que se enfoca en imitar procesos cognitivos humanos, mientras que la innovación tecnológica es un concepto general que puede abarcar cualquier tipo de avance o mejora en tecnología.

Además, la IA se centra en desarrollar sistemas inteligentes y autónomos, mientras que la innovación tecnológica puede incluir una amplia gama de avances, desde nuevos productos hasta procesos mejorados.En resumen, la IA es una forma específica de innovación tecnológica”

El lector podrá reflexionar a este respecto, pero es claro que hay grandes intersecciones y que el mundo continuará innovando independientemente de las causas.

Hay consenso que la IA tendrá efectos muy importantes sobre algunos tipos de empleos. El trabajo del BID señala que el 28% de los trabajos actuales tienen riesgo de ser afectados por la IA y que en10 años este nivel llegará al 44%. Los trabajadores de más baja educación y de menores ingresos son los más expuestos, así como las mujeres. A algunos podría sorprenderles que los trabajadores informales estén menos expuestos, sin embargo, es fácil comprender que un vendedor ambulante de “cuneta” no será desplazado por un dron (aunque podría ser denunciado por ellos).

El estudio del  BID, en todo caso, concluye que todo este proceso podría exacerbar las desigualdades de ingresos. En efecto, los desplazados tendrían que reciclarse en el sector informal si  se “sigue” la lógica actual.

Entre las profesiones que se verán más afectadas son las que son mas rutinarias y “protocolizables” pero, en cambio, las relacionadas con contactos personales tienen menos riesgo. Las profesiones vinculadas a los servicios de salud, por ejemplo, tienen menos posibilidad de ser reemplazadas, aunque la tecnología colateral podrá potenciar la productividad de algunas intervenciones. Por ejemplo, el uso de maquinaria y cámaras de video permite monitorear pacientes simultáneamente en el caso de kinesiología.

La investigación revela una considerable heterogeneidad en la exposición dentro de sectores específicos, como la industria de la salud. Pediatras, neurólogos y medicina interna general muestran una baja susceptibilidad al reemplazo de la IA, probablemente debido al alto grado de interacción con las personas (pacientes/clientes), a las tareas no rutinarias y a la necesidad de tomar decisiones complejas. Por el contrario, especialidades como la radiología, se enfrentan a mayores problemas por las crecientes capacidades de la IA en el análisis de imágenes.

Como sea, el aumento de las desigualdades es una mala noticia porque dificulta enfrentar los demás problemas sociales del país.

 

[1] Economista. Magister en Economía Pública y Planificación U. de Paris. Presidente Asociación para la Promoción del Bienestar (APROB).