Por Sergio Velasco de la Cerda
“No es la política la que hace a un candidato, convertirse en ladrón. Es tu voto el que hace a un ladrón convertirse en político”. (Anónimo)
No robar, No mentir, No traicionar, a tu pueblo debiera ser la premisa máxima, de cualquier gobierno democrático.
Lo frustrante es que la gente hace tiempo que no lo percibe así. Junta rabia a más no poder, con sobrada razón.
Casos de corrupción en el pasado reciente, durante la dictadura, hay cientos, los famoso Pinocheques, los cuales oportunamente denuncié, son una muestra del nepotismo escandaloso que benefició en 3 millones de dólares al primogénito del Capitán General.
Durante los distintos gobiernos democráticos a partir de 1990, se conocen un sinfín de hechos reñidos con la fe pública. Nadie se escapa de los vergonzosos hechos que empañan las gestiones de diferentes Mandatarios.
Las denuncias investigativas hechas por Mauricio Weibel, nos llevan al laberinto del uso y abuso de los fondos reservados de las Fuerzas Armadas de Chile.
Los cuatro comandantes en Jefe del Ejército, por el caso “Milico-Gate, o el mayor fraude en Carabineros, son una muestra palpable e indiscutible.
SQM del yerno de Pinochet, tenía en el bolsillo, a su entera disposición políticos de izquierda y preferentemente de derecha. El Mop-Gate, Corpesca, Penta, engrosan una larga lista interminable de corrupción a destajo.
El Presidente Gabriel Boric, como sus Ministros y el mandamás del partido RD, lo están sufriendo en carne propia. “No habrá defensa corporativa para los involucrados en la gran estafa de Democracia Viva”. El gobierno cae en lo mismos hechos que tanto criticaron, respecto a los 30 años de la Concertación.
Carlos Montes, y la renunciada sub-secretaria, Tatiana Rojas de Vivienda, al parecer, no supieron escoger bien los perfiles impolutos que requerían sus seremis regionales, los que hoy están en tela de juicio, según sus propias palabras “esto recién comienza”, vaticinando nuevas denuncias ante la Fiscalía para investigar todo y a todos por parejo.
Indigna que se mal utilicen los escasos fondos fiscales, en programas que debieran ir a la vena de “los pobres entre los más pobres”. Los pobladores sin casa, no merecen esto.
Los acusados, de poca monta, inflamado de un discurso basado en una falsa autoridad moral, se cayeron como frágil castillo de ilusiones. Simplemente, porque es muy riesgoso y peligroso escupir al cielo.